Cicloturismo en Albania: luces y sombras

Este post, más que un diario de ruta y etapas, es una narración sobre los sentimientos que nos ha despertado el país. Es una manera de poner «en papel»  o más bien «en digital» y por escrito, nuestras conversaciones y opiniones (totalmente subjetivas) para poner orden y concierto a todo lo que Albania nos ha removido.

NOTA: si buscas info sobre la ruta, tenemos todas nuestras etapas grabadas en Strava. El mapa de nuestra ruta spor Albania sería el siguiente: 15 etapas de pedaleo, 19 días en el país, 730km recorridos y unos 8.750m de desnivel. Si quieres preguntarnos cualquier cosa sobre la ruta o el país, te contestaremos encantados.

Carreteras secundarias en Albania

Vamos a ponernos manos en la masa con Albania

Como introducción, quiero decir que las reflexiones que aquí escribo vienen despues de nuestra experiencia personal de casi 3 semanas pedaleando el país. Con nuestras circunstancias y nuestras decisiones. Nuestra manera de viajar y nuestros gustos como referentes. Comento esto porque una de las cosas que más hemos comentado entre nosotros es la búsqueda de referentes en otros blogs o cuentas viajeras cuando te decides a planear tu propio viaje. Leer los típicos artículos «las 10 mejores cosas que hacer en Albania» o las sentencias del tipo «los albaneses son tremendamente hospitarlarios»… son frases que parecen verdades universales pero que, en realidad, pertenecen a la propia vivencia de cada viajero/a. Si, además, no conoces personalmente a la persona que ha escrito estas cosas, ¿cómo sabes si su criterio o «vara de medir» puede coincidir o cuadrar con el tuyo?. Es decir, su idea de lugar imprescindible o de hospitalidad infinita puede ser bastante distinta a la tuya.

En nuestro caso, nos pasó con las playas albanesas. Se dice, se comenta… que son una maravilla, un espectáculo, que su costa es muy barata en comparación con otras paises de la zona: Croacia, Grecia, etc. ¿Hay playas de aguas turquesas? Sí. ¿Los precios (al menos viniendo desde España) son más económicos? También. Pese a eso, nos ha parecido que las costas ya están siendo explotadas al más puro estilo «cuanto más mejor». Los hoteles y chiringuitos copan todas las zonas de arena con sus sombrillas, tumbonas y camas balinesas. Si puede ser hasta donde llega el agua del mar, mejor. Los hoteles y alojamientos se construyen deprisa para llegar a la temporada, pero muchas veces de manera caótica: cables por aquí, escombros y material de obra por allá… un poco «todo vale».

Como anécdota, nos quedamos en la zona del Parque nacional de llogara en el camping Paraiso. Un pequeño terreno on árboles, espacio para unas pocas tiendas o furgos, servicios básicos pero funcionales y un pequeño bar/restaurante donde poder tomar algo. Alrededor, mega-hoteles construidos y otros tantos en proceso. Excavadoras y obreros everywhere encerrando a este pequeño oasis. Su dueño, en un comentario cargado de tristeza nos explicó que «This camping is not paradise anymore…»

Albania rural

Así, igual de rápido que crece el sector turístico, avanza la pillería de la gente que ha tenido en suerte que su zona se convierta en un lugar visitado por los turistas. Nos pasó en Theth, un pequeño pueblo escondido entre montañas. Pese a ser el pueblo de entrada a esta increíble zona de montaña, donde los trekkings y otros deportes y actividades outdoor son el plato fuerte, la organización del lugar deja bastante que desear. Las familias que allí viven empiezan a construir casa para alojar a viajeros,  adaptan sus propias casas o bien ponen a disposición sus terrenos para que puedas acampar. La guerra de precios ya está asegurada. Y viendo que la gente llega, ¿para qué apañar las instalaciones si los turistas vienen igual? Una taza de WC rota y un agujero en el suelo a modo de ducha y listo. Evidentemente, los precios son bajos pero hay cosas que, por poco que cuesten, rozan lo desastroso. Hay una gran diferencia entre tener algo sencillo y humilde, básico o bien dejar que las cosas se estropeen sin cuidarlas o mantenerlas porque, total, los turistas van y vienen.

No es que quiera venir de fuera a decir cómo deben hacerse las cosas pero, con un poquito de organización y ganas de ofrecer un servicio bueno, creo que se conseguirían resultados mucho mejores y un mejor desarrollo de los negocios.

Carretera Theth Valley

O, por poner otro ejemplo, en el lago Komani, incluso habiendo comprado los tickets del ferry por Internet, hasta dos veces antes de embarcar quisieron cobrarnos una «tasa» para acceder al barco. A veces nos ha dado la sensación de que, por ser extranjeros, nos ven como billetes andantes. Pero no creo que el hecho de sacar 1 o 2€ y dárselos vaya a mejorar en gran manera las condiciones de vida de la gente. Es más, quizá es una forma de fomentar un círculo vicioso en el que es mejor salir a pedir dinero al turista que hacer fuerza por mejorar las condiciones desde dentro. El desarrollo económico de un país o región no puede estar solo basado en que los turistas vengan a dejar el dinero. Porque puede llegar el momento en que aparezca otro lugar con un potencial por explotar. Que sea más barato y esté menos masificado. Una nueva gallina de los huevos de oro a la que queramos ir. Y adiós a esa entrada de dinero.

Es una reflexión que aplicaría incluso a un país como el nuestro, muy enfocado al turismo y sector servicios.

Lago Koman Albania

Y, por otro lado, está la cantidad de basura que hemos encontrado a lo largo de cada carretera, en los rios, acumulada alrededor de los cubos de basura desbordados, en la calle, en el bosque,… ha sido algo realmente impactante. Sinceramente, nos estamos cargando el planeta.

Pese a estos sentimientos que nos ha despertado Albania, hubo un punto de inflexión para nosotros una vez llegamos a la zona norte del país. Como si estuviéramos viendo dos Albanias diferentes. No se si fue el hecho de llevar más días en el país y haberle cogido un poco el «truqillo», o que esa parte más de montañas, en la que atravesamos más zonas rurales, fue más amigable para nosotros. Las carreteras dejaron de ser un campo de batalla donde sobrevivir al paso de los coches para convertirse en lugares donde pedalear con tranquilidad. Que nos mostraba otras formas de vida en el país. Por ejemplo, nos llamó mucho la atención que todavía se utiliza mucho la guadaña para la siega de los campos, en lugar de las desbrozadoras. Empezamos a encontrar también más mezquitas que iglesias cristianas.

De Albania también hemos disfrutado mucho sus panaderías (furre buke) y pastelerías (pasticeri). La cantidad y variedad de panes y dulces que hay. Buena comida y precios más que económicos.

Otra de las cosas que más recordaremos de esta parte del viaje es haber coincidido con Marta y Javi. Con ellos hemos compartido tiempo, acampadas, comidas, cafés (mientras hubo gas), risas y esa buena relación que nace de tener intereses comunes y una forma parecida de ver la vida. Nos hemos sentido super a gusto pedaleando con ellos. Nos llevamos un montón de buenos recuerdos de ellos. ¡Buen viaje amigos!

Nuevos amigos en ruta

Y por último, la joya de la corona de nuestro paso por Albania, el Valle de Theth.  La zona conocida como los «Alpes Albaneses»: montañas de una impresionante belleza. Carreteras de entrada y salida para llegar a pequeños pueblos, salvando un gran desnivel, pero que te mantienen con la boca abierta todo el recorrido. Rutas de montaña de las que hemos podido hacer una pequeña degustación, lagos navegables…

Un paraiso de montaña y naturaleza donde ha valido la pena venir. Realmente, uno de los paisajes que situaríamos en los puestos más altos de nuestra lista (si la hubiera, jejeje).

Paisajes en el norte de Albania

Albania ha sido un país que ha supuesto un poco más de reto en nuestro viaje. Tras 5 meses por España (dos en la península y Mallorca, tres en Canarias) y uno en Grecia (donde sentimos que los códigos, costumbres y forma de vida era bastante similar a la nustra), en Albania hemos tenido que adaptarnos. Y oye, hemos tenido momentos de estrés pero también muchos ratos de reflexión. Situaciones que nos han hecho pensar y que han dado para largos ratos de conversación. Por supuesto, unas cuantas anécdotas y la confirmación de que no todo en el camino es de color de rosa

Y así, con toda esta intensidad de emociones y reflexiones todavía resonando en nuestras cabezas, ponemos rumbo a la frontera con Kosovo. Con ese gusanillo que despierta la incertidumbre y el saber que, en los próximos kilómetros, todo puede cambiar y ser diferente. Que habrá que adaptarse a nuevas situaciones y encuentros. A seguir tomando decisiones… En definitiva, ¡a seguir viajando!

2 comentarios en «Cicloturismo en Albania: luces y sombras»

  1. Muchas gracias, pareja, por contar todos esos detalles de vuestras vivencias.
    Me gusta veros… y saber que estáis bien y aún pedaleando nuevos retos.
    Es una pena esa forma de pensar, que aquí también se vivió: sacarle al turista todo lo que se pueda. Afortunadamente en la mayoría de comarcas están cambiando esa manera de pensar y optan por ofrecer calidad, pues ese turista se va, pero si habla, o escribe… puede ser que no venga otro.
    Oye, Marta y Javi parecen muy majos… y con esa camiseta del Betis… pues ya… no se pué pedir má.
    Que bonitas montañas las albanesas… la verdad es que nunca hemos estado… parecen prometedoras. Me recuerdan un poco, o bastante, a los paisajes eslovenos.. fuimos en 2018 a subir el Triglav y nos encantó todo el país.
    Veo que las bicis siguen bien, y no os dan problemas… eso es bueno. Y hablando de plásticos… es tremendo. Hoy hemos ido a remar por la Bahía de Cádiz, con el kayak… me he traído 2 bidones de 25 litros amarrados atrás… y uno lo llené de otros plásticos menores… y había para llenar un camión… pero no tengo camión. Yo se que no sirve de nada… pero… lo hago 3 veces a la semana como mínimo… por la playa… y no acabas.
    Ahora estoy en un proyecto de voluntariado para Salvar al Chorlitejo Patinegro… a ver si lo conseguimos. A demás, me moví para parar la obra de mi edificio, que iba a acabar con una colonia de más de 200 vencejos… y se paró… están criando y son hermosos… es un espectáculo diario, porque los tengo encima de mis ventanas.
    Un abrazo, pareja. Os sigo…

    Responder
    • Hola Fran!!! Muchas gracias por tu mensaje. Nos encanta saber que estás siguiendo nuestra aventura desde el otro lado de la pantalla 🙂 La verdad que las montañas por esta zona de los Balcanes (Albania, Kosovo, Montenegro…) nos está alucinando!! Nos anotamos el dato que nos mandas sobre Eslovenia para cuando pasemos por allí! 😉

      Sobre el tema de la basura…capítulo a parte! Nosotros también nos sentimos un poco ridículos cuando nos llevamos nuestra pequeña bolsita de basura de entre un mar de mierda. Pero bueno… pensamos que todo lo que esté a nuestro alcance y que pueda cambiar un poco nuestro pequeño alrededor, está bien seguir haciéndolo. No vamos a cambiar el mundo, pero si a actuar y comportarnos como creemos que es mejor según nuestra manera de pensar.

      Enhorabuena también por tu campaña con los vencejos! Imaginamos que tuvo que ser duro, pero pequeños actos valientes como ese que has hecho, marcan seguro a tu entorno más cercano. Y actuar en local al final es lo que podemos hacer. Nos alegramos que esos vencejos vuelen cerca de tu ventana y esperamos que el resto de proyectos en los que participas tengan también un buen desenlace.

      Te mandamos un abrazo fuerte!!! Seguimos en contacto 🙂

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