Ecuador de sur a norte

Y llegó el momento de volver a cambiar de país. En Perú pasamos 40 días increíbles, pero teníamos un buen motivo para llegar a Ecuador: encontrarnos con Ángel, Alicia y Jose Carlos, que venían de España ¡a pasar sus vacaciones con nosotros!

Durante lo siguientes 12 días íbamos a cambiar el viaje de a dos por un viaje a cinco. Por delante nos esperaba el país ecuatoriano, listo para sorprendernos. En este mapa os dejamos la ruta que hicimos. Sabemos que nos hemos dejado muchas muchas cosas (Canoa, Montañita, Cotopaxi, Tena…), pero como siempre decimos, ¡hay que dejarse algo para volver!

Guayaquil

Entramos a Guayaquil como se entra siempre a un nuevo país: con incertidumbre por saber qué te deparará y con ganas por descubrirlo. Ya que teníamos visitas, habíamos planeado un poco más la ruta por el país. Básicamente la preparación pasó de ninguna a algo, jejeje. En Guayaquil pasamos tres días. Decidimos que ya que es una ciudad de las grandes, lo mejor para una primera toma de contacto sería un free tour. Nos gusta bastante este tipo de visitas en ciudades grandes, ya que las personas que suelen hacerlo son gente local o que lleva muchos años viviendo, y además de «todo lo que hay que ver» suelen darte buenas recomendaciones de sitios donde comer, salir, tomar algo… Sin ser una ciudad que me haya «fascinado», de Guayaquil destacaría su curioso parque de las iguanas (una verdadera reserva en la propia ciudad donde habitan estos animales en total libertad) y el barrio de las PeñasSubimos los 444 escalones que llevaban al faro, disfrutando de las vistas y atravesando las casitas de colores, que nos recordaron a la ciudad chilena de Valparaíso

Y aunque el Malecón 2000, es nuevísimo y está muy bien acondicionado para que la gente pueda pasearlo, me quedo con el Malecón El Salado, el que dicen que es el de la gente de acá. En él disfrutamos de microteatros, espectáculos de luz y sonido en el Estero el Salado y una rica cena de pescaito con música en directo.

Parque de las iguanas
Barrio Las Peñas

Más allá de la ciudad, nos gustó muchísimo la visita a la Finca El Chaparral. En este lugar, nos contaron todo lo que saben acerca de este delicioso fruto. Con una tradición de varias generaciones, esta familia se dedica al cultivo del cacao y a ofrecer la experiencia a todos aquellos que quieran visitarla. Descubrimos lo que es en realidad la planta del cacao, ¡qué equivocados hemos estado todos estos años! El fruto del cacao, tiene la forma y tamaño de una papaya y, por dentro, es parecido a una chirimoya: tiene pepas negras recubiertas de una carne blanca. El fruto, además, absorbe los sabores de las plantas que tiene alrededor, así que, ¿te imaginas comerte un trozo de cacao con sabor a naranja/mango/lo que se te ocurra? Nosotros sí 😀

Lo que realmente se utiliza del fruto del cacao para producir el chocolate son las pepas. Se extraen del fruto, se tuestan y se muelen para producir el fino cacao en polvo que se utiliza en la elaboración del chocolate. En la hacienda nos dieron a probar ricos dulces caseros y con ellos hicimos bombones de cacao con panela y trozos de maní.

Cacao al natural
Cacao tostado

No puedo acabar el relato sin hablar de las maravillosas personas que llevan esta finca. Con ellas comimos y compartimos charlas y tiempo. Hablamos de sus costumbres, las nuestras, Ecuador, España… incluso nos sorprendieron con un plato típico del país: el mango verde con limón y pimienta. Una delicia. 

Viajamos con los ojos, los oídos y las papilas gustativas abiertas, deseando ver, oír y probar cosas nuevas. Asombrándonos a cada paso que damos. Disfrutando de la increíble experiencia de conocer. Un viaje es un proceso de aprendizaje continuo, y estos meses por Sudamérica han sido la mejor escuela.

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