Después de estar un mes en Argentina, volvemos a Chile. Esta vez a un paisaje y clima totalmente diferente, el desierto de Atacama. Llegamos bastante ilusionados con conocer el lugar y, además, fuimos recibidos en San Pedro de Atacama por Amaia, una amiga mía del Erasmus. Después de 5 años viviendo en Chile pudimos compartir una cerveza para ponernos un poco al día.
Ya a simple vista, San Pedro de Atacama aparentaba un lugar excesivamente turístico, pero nos lanzamos a recorrer diferentes agencias para ver qué opciones se adaptaban más a nuestras necesidades y preferencias. Pasamos una mañana entera escuchando ofertas y packs de tours, pero cuanto más mirábamos, más nos bloqueábamos y desilusionábamos. Era todo carísimo y además sólo parecían tours para llevarte a los lugares, sacarte la foto y a otro, o al menos fue nuestra impresión. Volvimos al hostal un poco cabizbajos y para colmo hacer la compra (aunque fueran verduras y frutas) era de los lugares más caros en los que habíamos estado nunca. Tras pasar la tarde entre siesta, morros y lamentaciones, por fin vimos la luz al final del túnel, «¿Y si alquilamos una bici y recorremos a nuestro aire los lugares más cercanos?». Preguntando en varios sitios de alquiler de bicicletas, conocimos a un chico muy majo, que nos ayudó a decidir que lugares recorrer. También nos dejó llevarnos la bici la tarde antes de salir para poder empezar temprano las rutas, porque imagínate a media mañana en el desierto más árido del mundo!.

De esta manera también pudimos hacer nuestro propio tour astronómico en bicicleta. Por la noche nos alejamos del pueblo hasta el Pukará de Quitor con un par bocatas y un par de cerves para observar las estrellas.

Es cierto que para hacer los senderos en bici, a parte de gustarte, hay que estar un poco en forma y, sobre todo, salir temprano y con bastante agua. Nosotros hicimos el Valle de la Luna, vimos el atardecer en el mirador del Coyote, nos perdimos por la Quebrada del Diablo y subimos al túnel hasta la Cordillera de la Sal. Nos encantó. Hicimos todas las rutas a las 7:00 am y a parte de ahorrarnos algo de dinero en las entradas (por madrugar más que los guarda parques) tuvimos la suerte de estar solos en los valles, algo muy «bacán» como dicen en Chile.

Un opción buena para venir a San Pedro y recorrer los diferentes sitios, creemos que sería alquilar un coche, pero si te gusta la aventurilla, muchos lugares se puden hacer caminando (modo trekking) o en bicicleta.
Pese a lo turístico de San Pedro de Atacama, nosotros hemos encontrado nuestra propia forma de recorrerlo, algo más independiente y aventurera.
Sois unos cracks y ya se sabe a quien madruga Dios le ayuda Lo de ver las estrellas me parece estupendo,las contasteis? jejeje.Besos aventureros !!!!!!!!
Ufff!! Imposible contarlas, pero si nos quedamos boquiabiertos mirando el cielo! Un besooO!!
Hola
Hola HolaaAA!
Un placer haber compartido una chelita con ustedes! Un gustazo y que sigan disfrutando de la aventura!!
El placer es para nosotros por el recibimiento!! Nos gusta compartir chelas viajeras, sobre todo después de tanto tiempo. 🙂 Seguimos recorriendo y disfrutando de toda la experiencia!