
Después de unas 15 horas de vuelo, estirábamos por fin las piernas en el aeropuerto de Santiago. Nada más bajar del avión, lo primero era pasar por el control migratorio. He de decir que siempre me pongo nerviosa en el «momento frontera». Esa tensión pensando si puede haber algo por lo que no te dejen acceder al país… No me gustan nada las fronteras. El bloquear el paso de la gente poniendo barreras, esa desconfianza hacia el que es diferente, la diferencia de privilegios en función de la nacionalidad que indique tu pasaporte… Pensando en todo eso, llegamos a la ventanilla. No tenemos ningún problema para el acceso y nos sellan el pasaporte con los 90 días correspondientes de libre circulación por el país. (Nota: Al final del post hay algunas aclaraciones sobre los requisitos de entrada).
Después de recoger el equipaje y pasar el último de los controles, nos dirigimos a casa de Javiera, nuestra primera anfitriona Couchsurfing del viaje. Sinceramente, no podríamos haber tenido un mejor comienzo. Ella ha sido la pura definición de confianza y hospitalidad, enseguida nos hizo sentir como en casa y nos dió todas las facilidades. Mil gracias de nuevo Javi 🙂

En cuanto a Santiago, tres días y medio no son suficientes para empaparte de una ciudad de estas dimensiones. Hemos andado mucho intentando llegar a todos los rincones recomendados, pero haría falta más tiempo para unir todos los puntos. Para que esas pinceladas que hemos conocido se convirtieran en un cuadro completo…
De todas formas, aquí están nuestras chinchetas en el mapa de Santiago:
- Los cerros Santa Lucía y San Cristóbal. Tan imponentes en el centro de la ciudad… Contemplar las vistas desde ellos te da una idea de la magnitud de la ciudad.
- Momentos de reflexión en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Un grandísimo trabajo de recopilación de información sobre el golpe de estado, las desapariciones forzadas y violación de derechos humanos durante la dictadura y la posterior restauración de la democracia… Ver este museo nos ha hecho pensar en la falta que algo así haría en nuestro país. Un sitio para el recuerdo de todas las víctimas, y para que las siguientes generaciones no olvidemos y no se pueda repetir algo así.
- Un free tour por el centro histórico de Santiago, donde además de ver los principales edificios y monumentos, nos han dado unas ideas básicas sobre la historia de la ciudad: desde la conquista española, pasando por la independencia hasta el golpe de Estado en el Palacio de la Moneda.
- Hemos encontrado por sorpresa conciertos en el parque de la Quinta. Una pequeña inmersión en lo que puede ser la vida cultural algo más «alternativa» de Santiago.
- Paseos por los barrios de las Yungas y Lastarria. El primero lleno de expresiones de arte en forma de graffitis y el segundo lleno de terrazas y restaurantes con mucho encanto.
- Salimos a cenar y tomar algo por el barrio de Bellavista con Javi y su amiga Fabiola. Hemos hablado de viajes y experiencias, nos hemos reído contando anécdotas y comparando las formas de hablar de Chile y España. ¡Casi parece que hablemos idiomas diferentes!
- Encontramos casi por casualidad la Piojera. Uno de los sitios más míticos de Santiago, donde probar sus terremotos.

Próxima parada: ¡Valparaíso!
Nota: Para la mayoría de viajeros, uno de los requisitos de entrada a un país que más preocupa es el de tener un billete de salida. En nuestro caso, compramos un billete de ida y vuelta que nos salió más barato que comprar solo ida. Al llegar a la frontera no nos pidieron ningún billete de salida (no sabemos si porque al tener la vuelta con la misma compañía pudieron comprobar que teníamos un billete para salir del país). Conocemos el caso de otra chica a la que sí le pidieron billete de salida. Ella no tenía ninguno y compró en ese momento un billete de autobús con destino a otro país, el más barato posible, y con eso fue suficiente. No queremos decir que esto funcione así para todo el mundo, pero en estos casos en concreto, estas soluciones sirvieron.
Hija,tienes un estilo narrativo muy literario. Me gusta mucho. Cultivalo. Por lo demas muy interesante todo lo que cuentas. No se cómo poner acentos en este teclado. Muchos besos para los dos. Papi
Muchas gracias papá, me voy a sonrojar!!! Seguiré trabajando en ello! jejeje
No te preocupes por los acentos, pídele a Ani que te diga cómo se hace! Te mando un beso enorme!
Qué bacán!!! No he podido contenerme la emoción, cachai? Sigan disfrutando así de cada rinconcito nuevo, mis queridos weones!! jeje un abrazo
Vir!!! Este es otro idioma po! jejeje
Espero que sea de buena emoción!! Estamos siguiendo tu consejo y dejándonos fluir! Un beso enorme desde Puerto Natales!!
Viki q bien lo explicas todo, y con que emoción
Me gusta como lo explicas.
Un beso muy grande para los dos
Muchas gracias Nati! Esperamos que a través de estos textos nos podáis sentir un poco más cerca! Besos.
Es maravilloso todo lo que contáis! Qué envidia más sana me dáis! Disfrutad día a día chicos! 🙂 Miles de ajajams
Me alegro que te guste Mirim!!! La experiencia está siendo genial la verdad 😀 Ahora vamos a estar 3-4 días sin internet en El Chaltén, un pequeño pueblo de la Patagonia Argentina! A la vuelta contaremos más cosillas!! Muchos besos (y ajams) jejeje
Se os ve muy bien, y eso es lo que más me alegra. A seguir creciendo como personas disfrutando como lo disfrutáis. Un beso, gigantes.
Muchas gracias Lau!!! La verdad es que no nos podemos quejar, estamos más que bien! 🙂