Parte del proceso de introducirnos en la permacultura, ha sido una mayor conciencia en la importancia de la alimentación. Es cierto que ya desde que vivimos juntos hemos ido adoptando hábitos y formas de comer más saludables (naturales): disminuir drásticamente el consumo de azúcar añadido, menos alimentos procesados, reducir el consumo de carne, en definitiva consumir alimentos naturales y obtenidos de una forma natural. Pero siempre quedan cosas por aprender. Esto implica también conocer las temporadas y asumir que no se puede consumir, por ejemplo, naranjas o pimientos todo el año como estamos acostumbrados. Además, comer productos de temporada es mucho más barato, sabroso y rico, y hasta los platos más sencillos como esta ensalada de tomate, perejil y ajo queda deliciosa.

Por un lado, y ya que teníamos una huerta abundante, era importante aprender a aprovechar todas las posibilidades que nos ofrece la tierra. Una de las primeras recetas que aprendimos de Luisa fue lo que nosotros llamamos «La fiesta de las flores». Un ensalada compuesta de rúcula, hoja de zanahoria, flores de calabaza, flores de zanahoria, pétalos de caléndula, tomatitos y perejil aliñado con aceite y sal.

En realidad te das cuenta de que casi todo lo que produce la tierra se puede comer, sea hoja, flor o fruto. Durante esta época del año los más abundante eran todos los ingredientes nombrados anteriormente junto con zapallo verde y más hierbas como la albahaca y el apio. Con todo esto, otra comida que hicimos fueron unas tostas con zapallo a la plancha y una salsa verde hecha con perejil, flor de calabaza y picante. Acompañadas de una ensalada de kimchi con tomatitos cortados.

El pan que utilizamos para las tostas fue un pan de masa madre que hicimos nosotros un día antes. La masa madre es algo que veníamos trabajando ya en Madrid y sobre todo una forma de aprender a utilizar organismos vivios para crear alimentos totalmente diferentes a lo que nos venden.

También hemos aprendido a utilizar otras harinas como por ejemplo la harina de algarroba, árbol que crece salvaje en Catamarca, para hacer panes con un sabor y color diferente. El día que hicimos un curry de calabaza lo acompañamos con pan de algarroba y un vaso de kefir de agua, otro organismo vivo muy bueno para nuestra flora intestinal.

Por último, no podía faltar un clásico para nosotros, la pizza. Venimos haciendo masa de pizza durante mucho tiempo y sin duda no tiene comparación con nada que puedas comprar elaborado. En esta ocasión hicimos una pizza de la huerta, al horno de leña chileno, algo verdaderamente rico.

A parte de las recetas que hemos aprendido a elaborar con alimentos nuevos, nos quedamos con la idea de que con la diversidad existe abundancia.
Tu próximo objetivo masterchef!!!!!!!!!! Todo parece delicioso,felicidades.Un abrazo